Por R.G.M.
Sin ánimos de atarse a las palabras ni a nada (sería todo un contrasentido), pero sí de reconocerlas: un guardián o una guardiana no son lo mismo que un guardia. Una guardiana no vigila: protege. Cuida, no encarcela. Y eso sabe hacer Paula Román (Nishi) con canciones, casi como una extensión de sus pequeños universos privados. Desde la construcción de los textos —que oscilan entre confesiones e imágenes coloquiales pero significativas— hasta las texturas de guitarras, desde los patrones rítmicos hasta los arreglos corales, cada tema denota una cuidadosa y delicada elaboración.
Así es como la bajista de Superpiba registra su primer álbum solista con impronta propia, pero continúa un rasgo que distingue a su banda: la capacidad de ser poderosa sin perder sensibilidad. Y como buena guardiana, sabe que los límites funcionan mejor como piezas de un juego y no como barrotes de una celda. Entonces se sirve de ciertas coloraturas que atraviesan todo el álbum, pero con distintos registros y destinatarios de sus relatos.
“Nada más” comienza de forma repentina y contundente. Las baterías acompasadas sostienen cierto pulso indie rock que desata un estribillo encendido. “Yo no entré en la foto y su recuadro y me caí”, arroja, dejando entrever su ingenio. En sintonía le sigue “Amelia”, como una celebración a distancia de alguien a quien “hasta el presidente vino a saludar”.
Ya en “Guardiana”, Nishi ingresa en una zona más cancionera y electroacústica: “Te envolveré con perfume de hiedra y flor, voy a ser guardiana de tu condición”. El tema incluye un recitado, perfectas armonías vocales y una coda donde la escala desciende, pero la emoción rockera asciende.
Entre cellos y cierto aire a folk rioplatense llega la tierna “Cielo, Nieve y yo”, para dar paso a uno de los temas más adhesivos: “Relajarme”. Rock contagioso sobre un muchacho difícil de descifrar, como una ecuación, que se cuelga “fumando un cigarrillo y viendo Dragon Ball” y al que contempla resignada casi como Lana con su chico en “Video Games”.
Hacia el cierre, “Calatea”, entre teclados y ecos, se vuelve más onírica, y “La Flor” combina un pulso bailable con un brío arábigo en su estribillo.
En síntesis, Nishi presenta un sólido y auspicioso debut (no tan) solitario y paralelo a su banda, pero con el mejor de los superpoderes: al cual llamamos amor.
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«Guardiana es un disco de 7 canciones y es mi primer disco personal. Yo soy Nishi (Pau Román), bajista que terminó tocando la guitarra y cantando para esta ocasión. Me gusta pensar que en el disco logré traer igualmente luces y sombras, y siento que él se acomodó bien en esa dualidad que va del rock al pop y del amor a la oscuridad. Lo pude llevar a cabo gracias a un grupo de amigxs que salieron al rescate».
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«El disco se grabó en el estudio El Zumbido, de Matías Olmedo, quien ofició de productor artístico. Estuvimos un año trabajándolo, el 2024, sin prisa pero sin pausa. Matías agregó valor a mis maquetas originales, las enriqueció enormemente. Su prolijidad y su oreja se combinan con una escucha casi obsesiva de los temas y la realidad es que él no para hasta sacar lo mejor de cada uno.
Este proceso fue lo que más me gustó de todo. Un estudio es como un laboratorio, donde ves cómo combustionan tus canciones (si acaso eso es posible), podes jugar con los colores, con ecualizaciones virtuales de guitarra, con sintes. Por ejemplo, yo le mostré varias armonías de voz a Mati que superpuestas eran como un acorde de guitarra. Él lo agarró y me las convirtió en una especie de sintetizador. Lo terminamos metiendo en un track, fue increíble».
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«Este es mi primer disco personal, de manera que se distancia de lo que hacemos en Superpiba, que tiene mucha fuerza y la energía bien arriba, por lo que ni loca les clavo un tema bajón.
Esa distancia me sirvió como excusa para liberar a mis fantasmas. Trabajar con Guardiana me permitió darles lugar a esos bichos raros, mirarlos un poco de lejos y finalmente aceptarlos. Me permití recorrer caminos un poco más incómodos y recrear climas sinuosos, como por ejemplo, hacer una canción sobre el amor como asfixia en “Guardiana” o hablar de cómo uno puede crecer también en la oscuridad (en “La Flor”). También pude recurrir a figuras relacionadas a la Historia, que es mi otra cosa en la vida, y le hice una canción a Amelia Earhart (la primera aviadora mujer en cruzar el Atlántico, en los años 30).
Desde lo musical también fue diferente, porque en este disco armé todo desde el principio por mi cuenta. Hice las maquetas, con bases de batería algo precarias. Arriba grabé los bajos y luego las guitarras y hasta pude darme el lujo de hacer mi primer solo de guitarra en un disco. Lo disfruté muchísimo, para mí fue jugar».
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«El próximo domingo 18/5 tocamos el disco en Casa Unclan, desde las 21hs. La banda que armamos se llama Nishi y Los Avioncitos de Papel y está compuesta por Fran Cadierno en bajo, Ale Dinamarca en batería y Agustín Dettbarn en guitarra y coros, mis únicos héroes en este lío. Va a estar abriendo el show Karen Z, de Recreo y de la Cuadra, quien también es una compañeraza y una referente de la gestión under en la ciudad.
Con respecto a grabaciones futuras, siento que quiero declararme en Estado de Disco Permanente y que ahora no puedo parar».
(*) Este domingo 18/5 a las 21 , Nishi presentará «Guardiana» en Casa Unclan (5 e/63 y 64) y abrirá Karen Z
PAUSE ||
«Este disco es para escuchar a la mañana. Cuando te entra el sol por la ventana y te estás haciendo el primer mate del día».
LADO B
«Creo que todas las personas que quieren hacer canciones pueden hacerlo. Espero que este disco ayude a otros que, como yo, solo necesitaban animarse».
