Cambiemos futuro por pasado: la nostalgia PRO por la teoría de los dos demonios

En la semana del Día de la Memoria, el macrismo decidió recordar el último Golpe de Estado a su manera: sin acto oficial, con el secretario de Derechos Humanos y el propio Presidente en viaje a Holanda y el recuerdo latente de un funcionario que este año se tomó la “libertad” de poner en duda las 30.000 desapariciones humanas legadas por la dictadura. Como marco contextual, la mayoría de los editoriales de los medios de comunicación afines a Cambiemos aprovecharon la fecha para reflotar el discurso de la “memoria completa”, actitud que parece despertar simpatía entre los miembros del Gobierno, como es el caso de la militante radical y funcionaria de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, María Julia Marcó.

A tres días del 24 de marzo, la joven Marcó –que hoy ocupa el cargo de directora de Querellas por Crímenes de Lesa Humanidad del organismo gestionado por Santiago Cantón– publicó una extenso texto en su cuenta de Facebook donde afirma que, en la fecha del Día de la Memoria, los argentinos “fuimos testigos de una paradoja”. Según Marcó: “en una fecha en la que deberíamos recordar el horror sufrido por los argentinos de la mano de la violencia de ciertos grupos políticos, y del terrorismo perverso de Estado, un grupo de extremistas reivindicaron a las agrupaciones políticas armadas y llamaron a ‘dejar de ser democráticos y buenitos’”. Luego, la funcionaria continúa con una defensa de las instituciones de corte republicano, al rescate de las figura de Raúl Alfonsín, para culminar con un llamado al “Nunca más”, según Marcó, “aun cuando una mínima parte de la sociedad hoy reivindica la lucha armada”.

Lejos de ser una expresión aislada, este posicionamiento arroja una muestra más de sectores del Gobierno que encuentran un camino, cada vez más despejado, para dar lugar a discusiones que parecían superadas: relativizar el terrorismo de Estado y equiparar la violencia sistemática de la dictadura con las reacciones de militantes civiles armados, o el afán por descalificar a figuras indiscutidas de la lucha por los derechos humanos como Hebe de Bonafini.

“El Gobierno no sólo busca deslegitimar la lucha de los organismos de derechos humanos, sino que, a la vez, pretende establecer un contexto propenso para debilitar el acompañamiento del Estado en los juicios a los represores”, dijo a Contexto el abogado e hijo de desaparecidos Julián Axat, respecto de la tendencia del macrismo. “La sociedad tiene en claro lo que se ha avanzado en este aspecto y no va a ser fácil instalar esa idea”, expresó Axat, y agregó: “Aprovechan la exaltación negacionista para deslegitimar los dispositivos del Estado para frenar los procesos de Memoria, Verdad y Justicia”.

Respecto de la declaración de Julia Marcó, la Red Provincial de Derechos Humanos manifestó un fuerte repudio por su aval a la teoría de “guerra sucia” que otrora operó como discurso estratégico de la derecha para apañar la impunidad de los genocidas. A través de un comunicado, el organismo expresó: “No podemos permitir que estos funcionarios de la Provincia salgan a decir las barbaridades que se dijeron hace más de 30 años atrás. Ante todo, reivindicamos a las compañeras y los compañeros que se opusieron al régimen dictatorial y colonialista impuesto por la dictadura cívico-militar. Asimismo reivindicamos a Hebe de Bonafini símbolo viviente de la lucha por los Derechos Humanos quien hoy está siendo el blanco de ataque de todo el arco oficialista”.

El texto continúa: “Los dichos de Marcó vienen de la mano con la agenda del gobierno tanto Provincial como Nacional en torno a las políticas de Derechos Humanos, intentando reinstalar la Teoría de los 2 demonios, negando el plan sistemático, relativizando el número de los desaparecidos, y por sobre todo, cuestionando y persiguiendo a los militantes populares que se movilicen ante las injusticias llevadas a cabo por la clase gobernante”.

Cabe destacar que, en simultáneo con la publicación de Julia Marcó vía redes sociales, esta semana trascendió el caso de una maestra de escuela que reprodujo un video, frente a toda la institución, con una acérrima y explícita defensa de la teoría de los dos demonios.

Entre medio, el titular del Banco Nación Javier González Fraga acusó a los asistentes a la marcha por el 24 de marzo de haber ido “por 500 pesos, vino, Coca Cola y choripán”, y el diputado macrista Nicolás Massot reivindicó las pancartas con que posaron los legisladores de su bloque donde se leía “Nunca Más el negocio con los derechos humanos”.

A 41 años del plan sistemático de aniquilación encabezado por la Junta Militar, y tras una década de impulsar la consigna Memoria, Verdad y Justicia como política de Estado primordial, el macrismo –ahora en el poder– desentierra viejas ideas para concretar lo que la propia gobernadora Vidal, sin querer, ya había anunciado: cambiar futuro por pasado.


 

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