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¿“Cambiemos” de parecer sobre el fraude electoral?

Por Contexto

Otra vez un sector de la oposición utilizó la metodología de generar una resonante denuncia con el sólo fin de buscar un impacto mediático, a sabiendas de que los finales de las historias suelen tener menos transcendencia. Así pasó ahora con el enardecido reclamo de que se buscaba el “fraude” electoral con la decisión del juez electoral bonaerense, Laureano Durán, de bajar de cincuenta a veinticinco las boletas iniciales por cada partido en cada urna: esa decisión se revirtió, pero los partidos que habían presentado una queja, formal o no, no hicieron uso del cupo máximo.

El caso más paradigmático, sin duda, fue el de la fórmula interna de Cambiemos de Ernesto Sanz y Lucas Llach (Lista 135 E, “El Poder de la Unión”). Fue su apoderado el que impugnó la resolución de Durán y que logró un fallo a su favor del tribunal superior, la Cámara Nacional Electoral. Por eso, el magistrado, en un nuevo escrito, intimó a las agrupaciones políticas a comunicar, “hasta las 13:30hs del día 29 de julio la decisión adoptada respecto de la cantidad de ejemplares de boletas por fajos que habrán de presentar” con tope hasta cincuenta. Pero sólo se anoticiaron el FpV, el FIT y el MAS, según se comunicó de manera oficial.

“Ganó la oposición: revocaron el límite de veinticinco boletas para repartir por urna en la provincia. El tope lo había fijado el juez federal Laureano Durán, cercano al kirchnerismo”, había publicado Cronista.com. Pero la noticia quedó incompleta porque nada se dijo de que sólo un sector de la izquierda intentó capitalizar esa supuesta victoria.

El massismo, en tanto, no hizo una impugnación formal pero fue vehemente públicamente. Por ejemplo, el candidato al Parlasur y diputado nacional Alberto Asseff había asegurado que se trataba de la “definitiva corroboración de que Durán es un juez subrogante al servicio del oficialismo”. Pero después el Frente Renovador no lo acompañó y mandó bolsas con 25 boletas para que el correo reparta durante esta semana.

Otro detalle de la trama que no fue tan difundido fue que el propio fallo de la CNE quedó desacreditado en tan sólo minutos por los mismos representantes de cada sello. Es que habilitó la posibilidad de que no sean ya 50 las boletas para abrir los comicios sino 350. El número desconcertó hasta a quienes en un principio eran las víctimas. La cifra, presentada como un triunfo democrático, era imposible de cumplir.

Así quedó expresado en el comunicado de Durán: “Interpretando los Sres. apoderados que la resolución dictada por el Superior establece 350 como tope máximo de cantidad de boletas a presentar –por cada uno de esos modelos aprobados y por cada una de las mesas habilitadas– ; y ante la imposibilidad material expresada; tras un breve intercambio de opiniones acordaron que aquellas agrupaciones que quieran hacer uso de la franquicia –ampliada por el Superior– puedan presentar hasta un máximo de 50 (cincuenta) boletas por mesa, que funcionará en este distrito electoral”.

En ese mismo escrito se explicaba por qué la nueva orden fue descartada de común acuerdo: “Recepcionar 350 ejemplares de boletas por modelo aprobado por cada una de las agrupaciones políticas –a fin de garantizar la apertura de las 34.502 mesas habilitadas para los próximos comicios– implicaría para las agrupaciones proveer, y para este Tribunal recibir y controlar, 476.000.000 (cuatrocientos setenta y seis millones) de boletas; lo que resulta inviable, para este Juzgado y para los partidos y alianzas participantes, conforme lo han expresado en la audiencia; aun contando con el auxilio de la Dirección Nacional Electoral al que exhorta el resolutorio del Superior”.

También quedó establecida la posibilidad de sumar “dos fajos de 50 boletas para cada una de las 6.419 bolsas de contingencia, que se entregarán en cada uno de los 5.003 locales de comicios habilitados –manteniéndose la previsión de dos bolsas para aquellos locales en que funcionen diez o más mesas y las mismas condiciones de presentación oportunamente establecidas”.

Durán explicaba que “dicho cúmulo de boletas debe ser recepcionado y cotejado con cada una de las boletas aprobadas formalmente por esta sede judicial; debe clasificarse por municipio; por categorías de cargos electivos y líneas internas partidarias; posteriormente embolsarse y entregarse al Correo Argentino para su distribución de conformidad al cronograma previamente acordado”.

Distribución de boletas y fiscales

Todo ese operativo comenzó la semana pasada en los galpones que la Secretaria Electoral provincial tiene en La Plata, en las calles 21 y 71, y se completa con las tareas administrativas que se llevan adelante en el propio juzgado de Durán y en dependencias del Teatro Argentino.

En este marco, donde se busca generar un manto de sospecha sobre las PASO, desde el juzgado de Durán se tomó la iniciativa de convocar a la prensa para que recorra el predio donde llegan las boletas y se organiza su reparto. Un periodista de Contexto recorrió el lugar, en un llamado que sirvió para demostrar, en parte, que el número de 350 hubiese generado complicaciones insalvables al menos para esta oportunidad, a una semana de las elecciones.

También se aclaró la duda generada sobre la potestad de los fiscales para actuar en la recomposición de boletas en caso de faltante: “Debe tenerse presente que ninguna restricción se ha establecido para los fiscales partidarios –de mesa o generales– a los fines de las reposiciones de boletas que resulten necesarias durante el desarrollo del acto comicial; pudiendo inclusive requerirse su provisión, en caso de ausencia de ellos, a fiscales de la misma agrupación que se encuentren desempeñándose en  mesas vecinas”.

Es más, se estableció que “con el objeto de maximizar la representación de todas las agrupaciones políticas en el acto eleccionario y las opciones a los electores; teniendo en cuenta las particulares circunstancias de estas primarias, por su complejidad, habrá de admitirse también la posibilidad de otros representantes partidarios, aunque no se encuentren expresamente.


 

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