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Calloni: «El 11 de abril fue la primera vez que un golpe impuesto por Estados Unidos fue derrotado en 48 horas»

El 11 de abril se cumplen veinte años del golpe de Estado que en 2002 quitó, por 48 horas, al presidente Hugo Chávez Frías del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. En una gesta heroica, y en tiempo récord, el pueblo y las Fuerzas Armadas Bolivarianas rescataron al líder venezolano y repusieron la democracia en ese país. Un hecho que muchos comparan con el 17 de octubre de 1945 en Argentina, cuando el pueblo salió a las calles para obligar al Gobierno de facto a liberar a Juan Domingo Perón. Ambos, procesos fundantes de dos de los mayores movimientos populares de la región, el peronismo y el chavismo.

Para recordar cómo fueron y qué significaron aquel golpe contra Chávez y el posterior levantamiento popular que lo repuso el poder, Contexto dialogó con Stella Calloni, una de las periodistas que más conoció al líder venezolano. Entre 1994 y 2013, Calloni entrevistó en once oportunidades al comandante Hugo Chávez: tras salir de la cárcel luego de encabezar un levantamiento popular, como candidato, como presidente, e incluso llegó a hablar con el líder venezolano el propio 11 de abril de 2002, cuando desde el Palacio de Miraflores, y contrario a la versión que ya circulaba en los medios hegemónicos de comunicación, Chávez le aseguró: «No he renunciado. Lo que está sucediendo aquí es un golpe de Estado».

¿Cómo llegó Hugo Chávez a convertirse en ese gran líder?

Hay que recordar que Chávez fue un líder que apareció en la escena pública en 1992, con un levantamiento cívico-militar contra el modelo neoliberal que llevaba adelante el presidente de ese momento, Carlos Andrés Pérez. Un levantamiento que los medios quisieron mostrar como un intento de un golpe de Estado.

A su vez, ese levantamiento fue producto de la sublevación popular de 1989, que se conoció como «El Caracazo», y que fue la primera sublevación popular contra el modelo neoliberal en América Latina. En aquella ocasión, el Gobierno de Carlos Andrés Pérez ordenó reprimir y se produjo una masacre que llenó de indignación a los militares jóvenes, entre los que estaba Chávez.

Por eso, en 1992 se produce ese levantamiento, que es derrotado, y Chávez termina preso por encabezarlo, pero se transforma en el gran referente de todos los oprimidos de Venezuela y, luego de salir de la cárcel, gana contundentemente las elecciones de 1998.

Cuando Chávez asume como presidente comienza la refundación de Venezuela, y para ello se hace un proceso para crear una nueva Constitución.

Las políticas impulsadas por Chávez revirtieron el modelo totalmente injusto. Venezuela era un país riquísimo, pero antes de Chávez esa riqueza que se generaba, producto de la venta de petróleo, quedaba en muy pocas manos y la mayoría de los venezolanos vivía en la pobreza. La oligarquía, aliada de Estados Unidos, se enriquecía y la mayoría del pueblo vivía en la miseria. Chávez revirtió eso, y por ello siempre estuvo en la mira de la derecha, que inmediatamente comenzó a atacarlo.

¿Cómo fue el golpe y la reacción popular?

En ese contexto que describía se dio el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, que fue un golpe mediático-militar. Eso se refleja muy bien en el documental La revolución no será transmitida, que muestra el rol de los medios y de Estados Unidos en ese golpe.

Ese mismo día toda la información que llegaba era muy tendenciosa y los medios hegemónicos hacían correr la versión de que Chávez había renunciado. Los corresponsales que estaban en Caracas no sabían bien qué pasaba. Luego de insistir por distintas vías logré comunicarme con el Palacio de Miraflores [la Casa de Gobierno de Venezuela] y hablé muy brevemente con el presidente Chávez, que me dice: «Stella, no he renunciado. Esto es un golpe de Estado», y desde La Jornada de México fuimos los primeros que denunciamos que se trataba de un golpe.

Los mismos medios que hoy mienten descaradamente sobre lo que pasa en Ucrania, los mismos que mintieron descaradamente sobre lo que pasaba en Libia y en otros países, son los que en aquel momento mentían descaradamente sobre lo que pasaba en Venezuela y nos querían hacer creer que Chávez había renunciado y que no había un golpe Estado.

Cuando se concretó el golpe, Chávez fue llevado hasta la base de la isla La Orchila, y juramentaron como presidente a Pedro Carmona, que era el residente de la patronal Fedecámaras, un representante de la oligarquía venezolano que respondía a los intereses de Estados Unidos.

Fue increíble, extraordinario. En los barrios pobres de los alrededores de Caracas la gente se empezó a levantar, a convocarse con megáfonos y con la nueva Constitución bolivariana en la mano, para salir a defender la democracia y a su presidente Chávez.

Fue un estallido social comparable con el 17 de octubre en Argentina. Millones de personas de los barrios pobres tomaron las calles de Caracas y rodearon el Palacio de Miraflores. En ese momento, los militares democráticos leales a Chávez se sumaron a la rebelión popular, retomaron el control del Gobierno y un escuadrón de paracaidistas fue hasta la isla donde estaba Chávez detenido y lo rescató. El 11 de abril fue la primera vez que un golpe de Estado impuesto por Estados Unidos fue derrotado en 48 horas.

¿Ese hecho marcó un antes y un después en la historia de Venezuela?

No solo de Venezuela, sino de toda América Latina. Una cosa que nos enseñó Chávez fue que de cada golpe, de cada agresión, él salía más fortalecido. Después de aquel golpe vino el paro petrolero, y después vinieron infinidad de agresiones, y Chávez siempre salía más fuerte.

Después de revertir el golpe de 2002, y con la alianza fenomenal que se produjo entre Chávez, Néstor Kirchner y Lula da Silva, vino el «No al Alca», se consolidó la alianza regional, se reformuló el MERCOSUR, se consolido la OPEC, se creó la UNASUR, se creó el ALBA-TCP, se creó la CELAC. Se creó TeleSUR, que es una herramienta fundamental para la lucha comunicacional en toda la región. El Gobierno de Venezuela llevó adelante una enorme cantidad de políticas que favorecieron enormemente al pueblo. Fue una etapa extraordinaria. Por eso, a veinte años de aquel hecho histórico, fue un hito para Chávez, para el pueblo venezolano y para toda América Latina.