El ministro de Producción y Trabajo anunció el acuerdo alcanzado entre las empresas y los sindicatos para el pago de la recomposición salarial de 5.000 pesos, fuertemente rechazada por estos últimos. Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advirtieron que para equiparar el salto inflacionario la suma debería ser de casi 15 mil pesos.
El martes a la tarde el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, dio por finalizada la negociación que encabezó junto a dirigentes de las cámaras empresarias y sindicales para la aplicación del “bono” que había anunciado el gobierno semanas atrás para paliar la crisis.
La mentada recomposición salarial en el marco del brusco salto inflacionario de agosto y los meses que vienen en pocos días dejó de ser un bono que se entrega por única vez y se convirtió en un virtual adelantamiento de la negociación paritaria, puesto que la suma fijada será a cuenta del próximo acuerdo salarial.
De acuerdo con la información que trascendió luego del encuentro, el decreto que se publicaría en las próximas horas, el “bono” será no remunerativo, es decir que no tendrá tributos y se pagará en octubre o en los plazos, cuotas y condiciones que se establezcan en la negociación particular de cada sector. O sea que el modo en que se pagará podrá ser discutido y acordado entre las partes. Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa habían reclamado que se contemple la posibilidad de realizar la recomposición en cinco cuotas de mil pesos.
Durante la mañana del martes, el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, había adelantado que “las empresas que no puedan pagar no van a pagar”. La situación del sector empresario es también delicada: gran parte del universo pyme venía alertando sobre la imposibilidad de hacer frente al pago del “bono”.
Una de esas cámaras, la asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), emitió un comunicado en el que rechazaron “las negociaciones que lleva adelante el Ministro Dante Sica con entidades empresarias que no representan los intereses de las empresas nacionales pymes”, y consideraron que la discusión de la recomposición debía realizarse con el próximo presidente.
“Al igual que lo han hecho el año pasado, entre gallos y medias noches, Sica definió un Bono de $5000 para paliar la recesión que el Gobierno Nacional provocó”, cuestionaron desde la entidad, y advirtieron: “Ahora, cuando la tasa de destrucción de empresas oscila entre 60 y 80 pymes por día, la inflación supera el 55% anual, insisten nuevamente en medidas electoralistas y se olvidan de resolver los problemas de fondo”.
“El bono es necesario pero en las condiciones que se plantea es inefectivo e insuficiente”, concluyeron los empresarios de esa cámara, y exigieron la implementación de medidas complementarias, como el congelamiento de precios regulados y de insumos difundidos, la desdolarización de los mismos, el aumento generalizado de salarios privados y públicos por paritarias, una moratoria a largo plazo con quita de intereses y multas para ordenar la situación fiscal de las pymes, y créditos a corto plazo con tasas de un dígito para reactivar la actividad productiva.
El CEPA, por su parte, elaboró un informe en el que brinda mayores precisiones sobre la medida. En primer lugar, los economistas recordaron que la suma fijada por el gobierno es exactamente la misma que se estableció el año pasado, pero con el agregado de 55% de inflación interanual acumulada desde entonces.
En esa línea, la conclusión principal del informe es que, teniendo en cuenta la modificación de la expectativa inflacionaria después de la devaluación de agosto en más de quince puntos porcentuales, demandaría unos 14.480 pesos solo para no perder poder adquisitivo en los cuatro meses que restan del año. “La pérdida derivada de la inflación adicional de 15 puntos para solo 4 meses (septiembre, octubre, noviembre y diciembre) alcanza dicho monto”, sostuvieron.