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Abdel Wahed: «La comunidad internacional es cómplice de la ocupación israelí de Palestina»

Contexto entrevistó al embajador Husni Abdel Wahed, quien analizó el avance de los «asentamientos» israelíes en Cisjordania.

Ante el avance de los «asentamientos» israelíes en el territorio palestino de Cisjordania, Contexto entrevistó al embajador del Estado de Palestina en Argentina, Husni Abdel Wahed. El diplomático analizó la situación en la región, contextualizó el conflicto, explicó qué implica vivir en un territorio ocupado, criticó la doble moral de la comunidad internacional y remarcó la importancia de construir los caminos para una paz duradera.

A continuación, el video con la charla completa y un extracto con las frases más destacadas de la entrevista.

«Nadie puede sentirse ni lejano ni ajeno a lo que ocurre en otros sitios, y más aún cuando se trata del tema palestino, que tiene que ver con la estabilidad y la paz del mundo de una forma directa y muy importante. Y cuando vemos los actores [involucrados], se reafirma más el impacto en el resto del mundo».

«El tema de los asentamientos es sumamente delicado y sumamente explosivo. Lo que muchos no saben es que Israel ocupó en el año 1948 el 78 % de la Palestina histórica. Ahí se constituye el Estado de Israel. En 1967, en la llamada ‘Guerra de los Seis Días’, Israel ocupa el 22 % restante de la Palestina histórica: la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. Ocupa también territorios de otros países árabes: Líbano, Siria, Jordania y Egipto».

«Refiriéndome al tema palestino, específicamente, estos asentamientos se construyen en territorio palestino ocupado en el año 1967, y que el mundo reconoce como territorios ocupados, ese 22 % de la Palestina histórica. El lugar que el pueblo palestino reivindica para el establecimiento de su Estado independiente y soberano que viviría y coexistiría en paz con los Estados y pueblos de la región».

«La verdad es que a lo largo de estos 54 años de ocupación de la Franja de Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén oriental, ha habido una política sistemática de los sucesivos Gobiernos israelíes de construir los llamados ‘asentamientos’».

«En realidad es un engaño hablar de ‘asentamientos’, porque la acepción lingüística de esa palabra no tiene nada que ver con lo que ocurre en Palestina, porque son grandes ciudades, grandes colonias que se construyen en territorio palestino ocupado, que hasta planean tener un aeropuerto propio en un ‘asentamiento’, podrán imaginar qué clase de ‘asentamientos son’».

«Hay que recordar que esto es un crimen de guerra conforme a derecho internacional y las convenciones de Ginebra, según las cuales una potencia de ocupación no puede ni cambiar ni alterar el estatus del territorio que ocupa, menos puede trasladar su población civil al territorio que ocupa. Así que son crímenes de guerra, pero alentados por el silencio cómplice de la comunidad internacional y la inoperancia de Naciones Unidas cuando se trata de Israel por el amedrentamiento que ejerce el sionismo y sus protectores, que blindan a Israel de cualquier tipo de crítica, con la amenaza de tildar a aquellos que critican a Israel de ‘antisemitismo’».

«Esto tiene como principal objetivo hacer imposible el establecimiento del Estado de Palestina en el territorio que ocupó Israel en 1967».

Vivir en un territorio ocupado

«Lo resumo con una frase del presidente de Palestina, Mahmud Abás, que en reiteradas ocasiones ha señalado que en el trayecto de su casa a su oficina, que son menos de dos kilómetros, requiere de un permiso de un oficial israelí para trasladarse, de su oficina a su casa y de su casa a su oficina. Podrán imaginar lo que ocurre con el resto de los palestinos si esto ocurre con el presidente, la máxima autoridad del pueblo palestino».

«Cuando un palestino sale de su casa es incierto lo que le puede pasar, y cuando vuelve es como si hubiera vuelto a nacer. Esto es de todo momento, es intentar sobrevivir a la ocupación».

«Un palestino que va a su universidad, a su trabajo, a un centro hospitalario, no tiene la certeza si puede llegar o no porque cualquier soldado israelí, porque se le antoja, puede detener a quien quiera, el tiempo que quiera y hasta puede matarlo sin tener ningún costo por ello. Les digo un dato, a pesar de que a lo largo de 73 años de ocupación israelí y 54 años de la segunda ocupación, nunca jamás en esos 73 años un soldado o un oficial israelí fue sancionado por asesinar a un palestino. Nunca».

«No se salva absolutamente nadie. Ni por edad, ni por género, ni por credo. Un soldado israelí no distingue entre uno y otro. Una bala israelí no le pregunta a uno ‘¿qué edad tienes?’, ‘¿cuál es tu género?’ o ‘¿qué militancia es la tuya?’, simplemente, mata a palestinos».

«Para Israel, el buen palestino es el palestino muerto».

«En todo el mundo un niño es un niño y tiene derechos. Hay una Carta Universal de los Derechos del Niño que, supuestamente, todos los Estados han firmado y respetan. Sin embargo, hace unos seis años, Israel redujo la responsabilidad penal para los niños palestinos a doce años. ¿Qué quiere decir esto? Que un niño palestino de doce años puede ser enjuiciado en tribunales militares, porque los palestinos no son sometidos a juicios civiles sino a tribunales militares, y puede ser sentenciado y debe cumplir la sentencia, un niño de doce años».

«Tenemos centenares de niños palestinos encarcelados en las prisiones israelíes por pretender ser libres. Un niño palestino que lance una piedra puede ser condenado a veinte años de cárcel».

La pandemia

«Afortunadamente, hoy podemos decir que hay un alto porcentaje de la población que ya recibió vacunas. La verdad es que Israel intentó, al principio, propagar la pandemia en territorio palestino».

«Por esfuerzo propio, por solidaridad internacional de algunos países y por el Fondo Covax de Naciones Unidas hemos logrado tener un alto porcentaje de la población vacunada y hoy podemos hablar de una situación casi controlada y aceptable. Pero la pandemia mayor en Palestina es la ocupación israelí, porque de ahí nacen todos los males».

¿Es posible la paz?

«Este llamado ‘conflicto’, que no es un conflicto sino un proceso colonialista, fue un invento de las grandes potencias en la región. Estas mismas grandes potencias durante mucho tiempo, persiguieron a los judíos y masacraron a los judíos, y ahora, para compensar el sufrimiento de los judíos, están causando estragos y el sufrimiento de otro pueblo, que es el pueblo palestino, construyendo el Estado de Israel a costa del pueblo palestino».

«Es responsabilidad de la comunidad internacional la creación de este llamado ‘conflicto’, y, en consecuencia, es responsabilidad de la comunidad internacional hacer valer su voluntad, porque cuando fue creado el Estado de Israel se suponía que paralelamente iba a ser creado el Estado de Palestina. La comunidad internacional es cómplice de la ocupación israelí de Palestina, de todo el territorio de Palestina. La llamada comunidad internacional, a través de Naciones Unidas, ejerce la doble moral de una forma escandalosa específicamente en Palestina, porque en otros sitios basta una resolución del Consejo de Seguridad [de la ONU] para que se movilice el mundo entero para imponer la implementación de esa resolución. En cambio, en el tema palestino, lamentablemente, hubo decenas y decenas de resoluciones y nunca se implementó absolutamente ninguna».

«Por supuesto que la paz es posible, pero para que haya paz debe haber voluntad, y mientras Israel no se vea afectado con ninguna sanción por los crímenes que comete, por la perpetuidad de la ocupación y su intento de anexar el territorio palestino, mientras no haya una reacción de la llamada comunidad internacional, entonces, ¿por qué Israel ‘cedería algo’?».

«El pueblo palestino, bajo ocupación, privado de sus derechos fundamentales, es el más interesado en una paz duradera que le garantice sus derechos fundamentales. Falta la voluntad de la parte ocupante, de Israel. Y falta voluntad de parte de la comunidad internacional que protege la ocupación. La paz es una necesidad, es una condición para el futuro de todos, sin excepción».