Comienza una etapa crucial para la renegociación de la deuda externa. Ayer arribó al país una nueva misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que tendrá como objetivo mantener una serie de reuniones con funcionarios del área económica –sobre todo con el ministro de Economía, Martín Guzmán– orientadas a encauzar la refinanciación de la deuda con el organismo (44.000 millones de dólares).
Los funcionarios estarán cinco días y pedirán información sobre el avance de la economía. La comitiva estará integrada por el jefe de la misión del FMI para la Argentina, Luis Cubeddu, y la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack.
La llegada de la comitiva había sido adelantada por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, durante su reunión con Guzmán en Arabia Saudita, en el marco del encuentro de ministros de Finanzas y presidentes del Banco Central del G20 que se desarrolló días atrás. «Hubo un diálogo continuo y activo entre las autoridades argentinas y el FMI, y se realizaron reuniones muy importantes entre Kristalina Georgieva y Guzmán», afirmó el vocero del Fondo, Gerry Rice.
Según el calendario que fijó en enero Guzmán, marzo es un mes de definiciones para el desenlace de las negociaciones. Por ese motivo las reuniones se aceleraron en el último mes. Tras la reunión con Georgieva, Guzmán se vio en Washington la semana pasada con Cubeddu y Kozack, quienes siguen las negociaciones.
El modo en que se resuelva la negociación con el FMI –que tiene a Argentina como su mayor deudor– repercutirá directamente en la deuda con los tenedores privados. El FMI ya les pidió una quita, ante el cuadro de insostenibilidad de la deuda. El presidente Alberto Fernández subrayó durante su discurso ante la Asamblea Legislativa que la reestructuración de los bonos con los acreedores privados no se basará en la política de ajuste y recesión.
El objetivo del gobierno es llegar a acuerdos de repago sin que eso impida recuperar la sustentabilidad de la macroeconomía. En ese sentido, su mirada está puesta en repuntar y proteger la producción y los puestos de trabajo. Como pasos positivos, se alistan el contundente apoyo del Congreso para la aprobación de la Ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa, y el guiño del FMI, que reconoció que la deuda externa argentina, tal como la dejó Mauricio Macri, «no es sostenible».
Fernández anunció que el Banco Central realiza una investigación de la deuda que contrajo el gobierno de Macri. «El Banco Central se encuentra analizando de modo pormenorizado la manera en la que nuestro país recibió divisas en concepto de préstamos y el destino que los mismos merecieron», afirmó el 1° de marzo.