El Senado volvió a propinarle una derrota al presidente Javier Milei y rechazó sus vetos a las leyes de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica para el Hospital Garrahan. Con mayorías que superaron los dos tercios, ambas normas quedaron firmes y el Ejecutivo está ahora obligado a promulgarlas. La escena expone nuevamente la debilidad política del oficialismo libertario, que se empeña en sostener un rumbo de aislamiento parlamentario mientras desde el Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Estados Unidos le exigen capacidad de diálogo y acuerdos para mantener en pie su plan económico.
La oposición rechazó por segunda vez el veto al financiamiento universitario con 58 votos a favor, 7 en contra y 4 abstenciones, una mayoría que superó los dos tercios. También se insistió con la ley que declara la Emergencia en Pediatría y protege al Hospital Garrahan, aprobada con 59 votos positivos, 7 negativos y 3 abstenciones.
El veto no va más. Fin. pic.twitter.com/T9eD2pyr9V
— Anabel Fernández Sagasti (@anabelfsagasti) October 2, 2025
La magnitud del golpe político no radica solo en el resultado de la votación, sino en el momento en que se produce. El Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Estados Unidos vienen reclamándole al presidente argentino una mayor capacidad de diálogo y acuerdos para garantizar la continuidad de su plan económico y la viabilidad del programa de ajuste. Sin embargo, la estrategia de confrontación elegida por Milei le genera un aislamiento creciente que se profundizó con los dos casos de corrupción en su Gobierno: las coimas en la ANDIS y el vínculo narco de José Luis Espert, primer candidato a diputado nacional de LLA en la provincia de Buenos Aires.
El fracaso en el Senado, además, se suma a otros traspiés que dejan en evidencia la soledad legislativa del oficialismo. Las dos leyes habían sido aprobadas meses atrás por amplias mayorías, pero el Presidente optó por vetarlas con el argumento de que generaban un costo fiscal imposible de afrontar. La oposición no solo ratificó su apoyo a las normas, sino que logró convertir ese respaldo en una demostración de fuerza que deja al Ejecutivo con escaso margen de maniobra.
Durante el debate, el senador Eduardo Wado de Pedro expuso la contradicción del discurso libertario. Mientras Milei decía no tener recursos para sostener la educación superior ni el sistema de salud pediátrica, su gobierno decidió resignar alrededor de 1.500 millones de dólares en recaudación al eliminar temporalmente las retenciones a las cerealeras. Ese beneficio a un reducido grupo de exportadoras, que no redundó en mejoras para los productores, terminó costando la misma cifra que hubiera permitido financiar los gastos universitarios y garantizar el funcionamiento del Garrahan.
“Esta ley (de universidades) ya se ha discutido en comisiones y en el recinto. Dentro de sus objetivos tiene afianzar el ingreso y la permanencia de los estudiantes en la universidad pública, así como garantizar las condiciones laborales mínimas de docentes y no docentes”, remarcó de Pedro.
En tanto, José Mayans advirtió que la actitud de la Casa Rosada abre un conflicto de poderes al intentar suspender la aplicación de normas aprobadas por el Congreso, una decisión que excede sus atribuciones y agrava la crisis institucional.
En concreto, la ley de financiamiento universitario establece la actualización periódica de los gastos de funcionamiento de las universidades nacionales y la recomposición salarial de docentes y no docentes, en línea con los cálculos realizados por el Consejo Interuniversitario Nacional. La ley de emergencia pediátrica, en tanto, busca reforzar la atención sanitaria y garantizar recursos para hospitales clave como el Garrahan. Dos medidas que habían concitado consenso transversal en el Parlamento y que, con esta nueva derrota de Milei, confirman la fragilidad de un gobierno cada vez más encerrado en su propio laberinto político.









