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El Garrahan no se toca: masiva marcha en su defensa y contra el ajuste en salud

Con epicentro en el Hospital Garrahan y una marcha al Congreso que sumó adhesiones en todo el país, trabajadoras y trabajadores de la salud protagonizaron una masiva jornada de lucha contra el ajuste del Gobierno. Duras críticas al vaciamiento del sistema sanitario y reclamo por salarios dignos y mayor presupuesto para los hospitales nacionales.

Este jueves miles de trabajadoras y trabajadores de la salud protagonizaron una histórica jornada de lucha en defensa del Hospital Garrahan y del sistema público de salud. La medida incluyó un paro nacional convocado por ATE y diversas organizaciones gremiales, y culminó con una marcha desde el Congreso hasta Plaza de Mayo, donde se leyó un documento común en un acto central con duras críticas al Gobierno nacional por el impacto de sus políticas de ajuste en la salud.

Desde las 7 de la mañana se inició el paro en el Hospital Garrahan, con actividades dentro del establecimiento y atención reducida, garantizando únicamente las guardias y la atención a pacientes internados. La medida de fuerza fue impulsada por la Junta Interna de ATE y acompañada por la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan, familiares de pacientes, y trabajadores de otros hospitales nacionales como el Posadas, el Clínicas y el Bonaparte, todos afectados por recortes presupuestarios, despidos y congelamiento salarial. También contó con el respaldo de gremios de la CGT, las dos CTA y organizaciones sociales y políticas.

Pasadas las 15.30, columnas de trabajadores comenzaron a movilizarse desde el hospital hacia el Congreso. Una hora más tarde, se inició la marcha masiva hacia Plaza de Mayo en el marco de la llamada “Marcha Nacional por la Salud Pública”, en la que confluyeron también organizaciones feministas, sociales, educativas y científicas. Allí se leyó un comunicado en el acto central, denunciando la política de ajuste del gobierno en salud mediante recortes presupuestarios, precarización laboral y pérdida de acceso a servicios esenciales.

A la par con la manifestación, el Garrahan no se detuvo y se realizaron cinco cirugías de alta complejidad, entre ellas un trasplante hepático infantil y neurocirugías.

Entre los principales reclamos, se exigió una recomposición salarial urgente, el fin del vaciamiento del Garrahan y de los hospitales nacionales, y un salario mínimo igual al valor de la Canasta Familiar, que según el relevamiento de ATE-INDEC asciende actualmente a $1.840.098. También se rechazó el deterioro del sistema de residencias médicas y la precarización creciente del personal de salud.

Una consecuencia concreta del ajuste sobre el hospital lo explicó un trabajador auxiliar de farmacia encargado de entregar medicación a los niños luego de ser atendidos y antes de irse a sus casas. Dijo que hace dos meses entregaban medicación a 400 niños y que ahora esa cantidad se redujo a 270, por lo que 230 se van sin ese insumo indispensable para su salud. “Las respuestas del Gobierno a nuestras demandas son agravios, incluso el presidente Milei nos tildó de ñoquis. Pero el respaldo de la población es clave, saben que el hospital no se puede tocar porque ha garantizado durante décadas la atención de alta complejidad de los niños”, afirmó a un canal televisivo.

auxiliar de farmacia como repercute: promedio de atencion de 400 niños hace un medios

“Demandamos una inmediata recomposición salarial en todos los hospitales del país” reclamó Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional. “Es inadmisible que la mayoría de los trabajadores de salud tengan ingresos que se ubiquen por debajo de la línea de pobreza”, remarcó. 

Por su parte, el secretario general de la Junta Interna de ATE-Garrahan, Alejandro Lipcovich, remarcó que “detrás del Garrahan hay un ataque muy profundo a la salud pública” y que esta lucha está ligada a otras peleas del movimiento obrero frente a los despidos, la rebaja salarial y la reforma laboral.

La movilización tuvo un carácter federal, con expresiones de apoyo y adhesiones de hospitales y centros de salud de todo el país. La jornada fue «una muestra contundente de que el pueblo no va a resignarse frente al vaciamiento de la salud pública», señalaron los organizadores.